Aprendamos a gobernar nuestro país


Ayer surgió el eterno tema de este país entre el grupo de amigos que quedamos a tomar algo, cosa que cada vez es más complicada por cierto. Digo eterno porque no sé cuándo vamos a encontrar la madurez suficiente el pueblo español para dejar de diferenciarnos entre “vosotros y nosotros”, de dejar de mamar los frutos de la guerra civil que deberíamos empezar a tomar como historia y no como base de nuestros debates políticos. Por cierto hablamos de la crisis.

Hablar de política, incluso en tu círculo más cercano, siempre es motivo de posicionamiento entre rojos y fachas, entre buenos y malos… dando como resultado  una pelea de gallos en la que cada uno suelta su retahíla sin escuchar al otro y da palmaditas en la espalda a cada afirmación de sus compadres. Nunca se llega a ningún lado, nunca se aprende nada del otro a pesar de que como es obvio, siempre habrá algo que tenga lógica por mínima que sea.

No son diálogos para avanzar, son disputas para ver quién la tiene más grande, un conjunto de descalificaciones y afirmaciones llenas de odio como si el objetivo de uno fuese la destrucción del otro. Si todo esto ocurre en la asociación más básica de una saciedad que es un grupo de amigos, como podemos exigir más tarde a un grupo de personas pertenecientes a una clase movida por los intereses desde sus orígenes en la antigua Roma, que se ponga de acuerdo de una forma civilizada para conseguir beneficios para nosotros que en ese momento somos una tercera parte.

Tenemos un problema que engloba otros más pequeños, nuestra percepción sobre España es demasiado negativa y sí, es cierto que tenemos un lastre grande por el número de personas con escasez cultural que merma el avance y facilita la manipulación pero si de verdad queremos diferenciarnos de los demás animales deberíamos usar nuestra inteligencia y capacidad de comunicación para llegar a un clima de diálogo y no el actual que es de imposición.

Tenemos una clase política asentada que empieza a perder su credibilidad, no somos pocos los que vemos que ni unos ni otros miran por el pueblo y eso es una semilla positiva para poder salir de esta situación. Ojala apostemos por el cambio pero no por el que algunos beben los vientos y esperan de brazos cruzados sino por una gran poda de ramas viejas y muertas, por un grupo de políticos que respiren aires de la transición donde personajes tan opuestos como Carrillo y Fraga celebraron una victoria común.

En favor de un cambio, NO LES VOTES!!!!